En defensa de la verdad y la dignidad de la resistencia palestina

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La experiencia acumulada de la resistencia palestina —en sus múltiples formas, políticas, populares y armadas— es patrimonio legítimo de un pueblo que nunca ha dejado de luchar por su libertad. Foto: EFE


Por: Muaz Mussa

2 de junio de 2025 Hora: 22:36

Ante los discursos repetitivos —y cada vez más desconectados de la realidad— que pretenden menospreciar al pueblo palestino y su resistencia, nos vemos obligados a responder con claridad, firmeza y memoria.

La acusación de que Hamás, o cualquier otro componente de la resistencia palestina, actúa sin rumbo y a conveniencia de la ocupación israelí, no solo es intelectualmente deshonesta, sino también una falta de respeto al sacrificio de miles de mártires, heridos y prisioneros, que han entregado sus vidas por la dignidad de su pueblo.

Quienes difunden estas teorías absurdas —desde cómodos salones académicos o cuentas de redes sociales sin compromiso real— revelan, quizás sin saberlo, un profundo desprecio colonial por las decisiones políticas que los pueblos oprimidos toman desde su realidad concreta.

Rechazamos, en ese sentido, el tutelaje ideológico de ciertos sectores que, escudados en discursos “de izquierda”, pretenden dictar al pueblo palestino con qué instrumentos puede o no resistir. El pueblo palestino no necesita el permiso de ningún “analista progresista” para ejercer su derecho legítimo a la resistencia frente a uno de los regímenes de ocupación más brutales, terroristas y longevos de la era moderna.

Hablar desde fuera, sin haber vivido un día bajo bloqueo, sin haber enterrado a un hijo bajo los escombros, sin haber visto una escuela bombardeada o una madre masacrada, no otorga superioridad moral. Hablar desde matrices que dan legitimidad a la existencia de la entidad sionista sobre suelo palestino, repitiendo de manera descarada y sin moral la propaganda sionista de la existencia de un pueblo judío y su supuesto vínculo a nuestra patria Palestina, es una complicidad abierta profundamente rechazada por nuestro pueblo que es el único dueño de su pasado, presente y futuro.

La resistencia palestina es profundamente humanista, su legitimidad nace no del gusto de quienes escriben desde la distancia, sino de la historia, del presente, y del sufrimiento acumulado de un pueblo que ha sido traicionado demasiadas veces por quienes decían solidarizarse con él, mientras buscaban beneficios con el sionismo.

Hoy, más que nunca, afirmamos que la experiencia acumulada de la resistencia palestina —en sus múltiples formas, políticas, populares y armadas— es patrimonio legítimo de un pueblo que nunca ha dejado de luchar por su libertad. No aceptaremos lecciones de quienes no conocen, ni quieren reconocer, la realidad de vivir bajo ocupación, de quienes pretenden explicarnos que debemos compartir nuestra patria con colonos terroristas.

A quienes creen que resistir es sinónimo de caer en provocaciones del enemigo, les decimos: resistir es seguir vivos, seguir hablando, seguir organizándose, seguir soñando con la justicia y el retorno de millones de refugiados que fueron expulsados por la fuerza terrorista de las bandas de colonos en 1948.

Si la Comunidad Internacional está tan entregada al régimen nazisionista, ello debería ser una razón más para resistir de manera global, y no tratar de convivir con el sionismo a costa de un pueblo que sufre la limpieza étnica desde hace más de un siglo.

El pueblo palestino está hoy más que nunca determinado a combatir cualquier propaganda sionista, no tolerar ningún tutelaje de nadie y menos de una supuesta izquierda que ha traicionado sus raíces y ha pactado con los marcos que impone el imperialismo para ganar cierta legitimidad.

Seguiremos defendiendo nuestros principios, con una dignidad que no necesita intermediarios, convencidos de que liberar a Palestina del yugo sionista es sin duda la clave para un mundo más justo y humano.

Ante la campaña de genocidio, judaización e israelización que lleva a cabo la entidad sionista, requerimos una solidaridad clara y sin peros, y no repetir la propaganda sionista en deshumanizar a nuestro pueblo o desconocer su capacidad, ni mucho menos imponernos experiencias que no concuerdan con nuestra realidad, historia o identidad.

¡Viva la heroica resistencia del pueblo palestino!

¡Viva la solidaridad militante antesionista!

Por un mundo sin sionismo, fascismo o colonialismo.

Autor: Muaz Mussa

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